5 claves para evitar errores de comunicación política en redes sociales


El experto en comunicación Octavio Islas se refería hace unos días a los fallos en los que incurren algunos operadores cuando tratan de hacer estrategias en las redes sociales. La causa de estos fallos: no entender lo que implica la filosofía de las redes y por ello apoyó su tesis en la autoridad de Bob de Wit y Rafael Alberto Pérez. En concreto hablaba de la crisis online en la que se vio envuelto recientemente el político mexicano y aspirante a la Presidencia de México por el Partido Revolucionar Institucional, Enrique Peña Nieto.

Precisamente esa falta de entendimiento de cómo funciona la red y su importancia para el diseño de estrategias online es el tema de la investigación doctoral que estoy realizando de la mano de Rafael Alberto Pérez, es por ello que quiero hacer algunos comentarios aportando mi personal visión de la problemática que aborda Octavio Islas.

Pienso que de lo que se trata es que los operadores políticos observen la realidad con amplitud de miras. Internet y las redes sociales nos han abierto la posibilidad de entender la política desde otra perspectiva, la de la estrategia y la comunicación como pegamentos de las fracturas sociales, como afirma el padre de la Nueva Teoría Estratégica, Rafael Alberto Pérez.

5 son los verdaderos cambios de fondo que considero hay que entender y asumir para intervenir no sólo en la comunicación en redes sociales sino en el diseño de una estrategia general de comunicación política.

1. El Caos

Los nuevos medios han evidenciado, lo que ya sabíamos, que estamos inmersos en una realidad interconectada, compleja, fluida e incluso caótica. Este escenario nos coloca en un estado de riesgo permanente ante el cual debemos ser capaces de responder de forma natural y casi holística. Si no lo asumimos e insistimos en mirar la realidad de forma lineal y estructurada, estamos condenados a fracasar en nuestras estrategias.

2. El fin del votante

El planteamiento del proceso comunicativo debe entender, desde un inicio, que detrás de cada twit, post o mensaje de Facebook – de quien lo emite y lo recibe- hay un ser humano (no un votante, ni un elector, ni siquiera un candidato) que se relaciona, que tiene familia, amigos, grupos etc. y responde a estímulos emocionales de forma impredecible. Si nos empeñamos en trabajar con constructos utilitarios y perdemos el componente amigable y emocional de la red, no pintamos nada en ella. Las redes están hechas de seres humanos no de “votantes” ni “consumidores”. Ya nos la había dicho en su día Marcuse con su hombre unidimensional.

3. Diálogo y Co – construcción

La naturaleza de internet y las redes sociales han resuelto el problema del feedback (respuesta) en el proceso de comunicación masiva. Esto significa para la política una desintermediación de la información y la intervención de nuevos interlocutores que están desdibujando cada vez más las relaciones de poder como afirma Manuel Castells, pero también están abriendo espacios para la co-construcción de la realidad. Las personas ya no solo quieren participar, quieren co-construir la realidad. Si no estás dispuesto a dejarte dirigir desde fuera y te aferras al timón de mando, mejor no entres en este juego.

4. Sí a la Política-red no a la política en la red

La nueva perspectiva de la estrategia consiste en dejar de ver al “otro” como enemigo, competidor, adversario, etc. En la NTE la estrategia ha dejado de ser una ciencia para el conflicto para convertirse en la ciencia de la articulación. En este sentido, resulta necesario entender que la política es una red de percepciones que hay que tejer (y para eso los medios sociales nos ayudan) y abandonar el concepto de hacer la política en la red, que lo único que hace es trasladar los mismos conflictos a un nuevo escenario. Suenan muy parecido, pero es preciso entender la diferencia entre hacer política-red y seguir haciendo la misma política pero ahora en la red.

5. La estrategia es comunicación

El desarrollo de la tecnología nos está dando las claves de la nueva forma de mirar y relacionarnos en el mundo. La comunicación nunca había sido tan estratégica porque hoy por hoy es la mejor forma mediante la cual los seres humanos podemos coordinarnos y articularnos.
El giro retórico nos enseñó que la comunicación es una forma de acción. 2011 pasará a la historia- como nos señala Rafael Alberto Pérez (Dircom, Buenos Aires, Diciembre 2011)- como el año en que la comunicación se rebautizó de estratégica.